Una guía honesta sobre anatomía, riesgos y cuándo es mejor esperar
El mundo del piercing es tan fascinante como variado: cada pieza tiene su estilo, su historia… y sus peros. Aunque muchas personas llegan al estudio con una idea clara en la cabeza (o en la oreja 😄), no todos los piercings son viables para todo el mundo, al menos no de inmediato.
En esta entrada vamos a contarte cuáles son los piercings que a veces hay que rechazar, posponer o rediseñar, y por qué eso no es un “no para siempre”, sino un “espera, hazlo bien”.

El industrial (barra transversal en la oreja)
💥 Problema común: Requiere una anatomía específica del cartílago superior de la oreja.
Si tu oreja no tiene dos puntos rectos bien alineados, la barra no encajará bien y ejercerá tensión, lo que puede causar dolor crónico, desplazamiento o incluso infecciones constantes.
🛑 No lo recomendamos si… tienes el cartílago plano, irregular o demasiado delgado.
💡 Alternativa: Dos piercings separados con joyas independientes, o esperar si estás en etapa de crecimiento (menores de edad).

El surface (ceja, nuca, clavícula, cadera…)
💥 Problema común: Es un piercing superficial que el cuerpo tiende a rechazar con el tiempo.
Esto se debe a que no atraviesa un tejido “cerrado”, sino que va justo bajo la piel, y el cuerpo lo identifica como una amenaza que debe expulsar.
🛑 No lo recomendamos si… no estás dispuesto a asumir que podría durar meses, no años.
💡 Alternativa: Usar microdermales o considerar zonas más estables como orejas, nariz o labios.

Smiley (frenillo superior del labio)
💥 Problema común: Aunque es visualmente atractivo, puede dañar el esmalte dental o las encías a medio plazo por el roce constante.
🛑 No lo recomendamos si… tienes encías delicadas, dientes muy expuestos, o tiendes a morderte los labios.
💡 Alternativa: Un piercing labial externo, o el clásico medusa si buscas un look central pero sin riesgos dentales.

Microdermals (implantes dérmicos)
💥 Problema común: Son piercings semipermanentes que no atraviesan una parte del cuerpo como un aro normal, sino que se “anclan” bajo la piel.
🛑 No lo recomendamos si… No estás dispuesto a hacer cuidados constantes. No te gusta la idea de que se pueda rechazar o infectar con el tiempo.
💡 Alternativa: Considera zonas más protegidas o piercings convencionales en zonas menos expuestas. Ten en cuenta que retirarlos requiere una pequeña intervención, no se quitan como un pendiente.

Snake Eyes (punta de la lengua, horizontal)
💥 Problema común: Este piercing atraviesa el músculo de la lengua horizontalmente, lo cual no está recomendado por ningún profesional médico ni piercer certificado.
Puede causar daños en nervios, dificultar el habla, provocar migración y afectar a los dientes.
🛑 No lo recomendamos en absoluto.
Este piercing no es anatómicamente viable y su riesgo supera con creces su valor estético.
💡 Alternativa: Un piercing tradicional de lengua vertical, bien realizado, es más seguro, curable y duradero.

Labio Vertical (Vertical Labret)
💥 Problema común: Aunque visualmente atractivo, el labio vertical puede migrar con el tiempo o dejar una cicatriz prominente, especialmente si se estira, manipula o si los labios son finos. Además, puede interferir con el habla o la alimentación los primeros días.
🛑 No lo recomendamos si… Tienes labios delgados o movilidad reducida, Trabajas de cara al público y no puedes tener inflamación visible. Buscas un piercing muy duradero.
💡 Alternativa: Un labret clásico o un medusa pueden lograr un efecto estético similar con menor riesgo de rechazo.
Piercings si tu cuerpo aún no está listo
💥 Problema común: Algunas condiciones de salud o situaciones personales no son compatibles con un piercing en ese momento.
🛑 Evita hacerte un piercing si… Estás pasando por una bajada de defensas. Estás embarazada o lactando. Estás en tratamiento con anticoagulantes o inmunosupresores. Estás teniendo episodios de ansiedad o tricotilomanía (tendencia a manipular la zona constantemente).
💡 Alternativa: Esperar, fortalecer tu sistema, y volver cuando tu cuerpo te acompañe.
🧠 Conclusión: Un “no” a tiempo también es profesionalismo
En nuestro estudio, no ponemos agujas a lo loco. Nos tomamos en serio tu salud, tu anatomía y tus deseos. Y si en algún momento te decimos “este piercing no es para ti… todavía”, es porque queremos que lo disfrutes con seguridad, con estilo y sin problemas.